“A
veces las pensionistas se escapaban de clase para estar con ella. Se sabía de memoria
algunas canciones galantes del siglo pasado, que cantaba entre dientes sin
dejar de darle aguja. Contaba historias, traía noticias, recogía recados y
encargos para hacer en la ciudad, a las mayorcitas les prestaba, a escondidas,
alguna novela que llevaba siempre metida en los bolsillos del delantal y cuyos
largos capítulos la propia señorita devoraba en las pausas de la tarea”
de Madame
Bovary
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