Había una vez una mariposa que no era como las demás mariposas ¿saben por qué?
Por el más terrible problema que puede tener una mariposa: era negra.
¡Espantoso!
Más lo sufría cuando las demás mariposas, que lucían maravillosos colores como rojo, amarillo y azul, la excluían de sus grupos y la trataban como a alguien inferior.
Un día se decidió y volando ligerito fue a la casa de su amiga Hada, que además de ser muy buena y generosa, sabía muchos hechizos y encantamientos que siempre compartía con ella.
¡Para qué!
Después de las alas fluorescentes, grises y agujereadas no quiso seguir intentando más.
A la noche, muy triste voló y voló por el cielo estrellado (que esa noche estaba más estrellado que nunca) hasta quedar salpicada de estrellas.
Desde ese día le dicen Brillitos y eso a ella le encanta.