Autores

miércoles, 8 de junio de 2011


Las Sombras
                                            
                                  Lucas
Todas las personas se dirigían al centro del pueblo.
Iban a la Reunión de las Sombras.
Sindulfo estaba último en la caravana, recordaba el día en que las Sombras se revelaron.
Era una noche de invierno, la época en que las Sombras más trabajaban, en ese momento todas las personas iban controladas por sus Sombras hacia el centro.
De pronto las Sombras se levantaron del suelo y empezaron a quejarse, la sombra del rey dijo:
-          ¡Estamos hartas de que nos pisoteen, queremos estar arriba!
Así se hizo un juicio.
El caso fue que los humanos perdieron.
Se estableció un trato: cada quinientos años las Sombras debían ir arriba y los humanos debajo.

Cuando Sindulfo llegó al centro del pueblo suspiró.
De pronto todas las cosas del Universo se sumergieron en la tierra, y las Sombras se levantaron.
Seguirán así por quinientos años.

Vacaciones en la playa

Sandra estaba comenzando con los preparativos para sus vacaciones.
Su trabajo era muy agotador.
Justo cuando compró los pasajes le avisaron que tenía solamente una semana y además, a su regreso tenía que presentar un trabajo muy importante para el lunes próximo.
- No importa  - pensó Sandra – me voy una semana y listo.
Al llegar a Mar del Plata, se dio cuenta de que le habían robado la bikini.
-  Me compro una y listo – pensó
Se compró una en oferta, muy linda. Le quedaba muy bien.
Era una mañana de sol radiante y quiso aprovecharla.
Bajó a la playa. En ella todos la miraban, sobre todo un jovencito rubio, que se acercó y charlaron un rato.
A la nochecita, él la invitó a una pequeña fiesta cerca del mar. Con un poco de miedo ella aceptó.
Se pusieron a bailar. A la medianoche apareció en la fiesta una joven que se acercó al acompañante de Sandra y lo besó.
Sandra comprendió que ella era la novia.
Él se despidió de Sandra y se fue con la muchacha.
Una lágrima resbaló por la mejilla de Sandra, luego otra y otra, hasta que se tuvo que ir de la fiesta.
A la mañana siguiente, no tenía ganas de ir a la playa, por miedo a encontrarlo. Pese a todo bajó.
En la playa, el joven no estaba.
Al atardecer lo vio.
Estaba con su novia, discutiendo.
De pronto la novia le pegó una bofetada y se fue.
Él se sentó en una piedra y se puso a llorar.
Sandra se acercó al muchacho que ya había dejado de llorar.
-          Hola – le dijo Sandra - ¿ella era tu novia? – le preguntó.
-          Si, ERA… ya no lo es- respondió.
Sandra sonrió. Luego dijeron al unísono:
-          ¡Te amo!
Los dos abrieron los ojos asombrados.
Desde ese día fueron novios.
Él la ayudó a terminar el trabajo pendiente.
Como vivían en la ciudad su romance continuó.
Me parece que mañana se van a casan…