Yo no sé, mira, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera
tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados y duros, que
hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro qué hastío.
Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la ventana; se queda
temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va
creciendo y se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se cae. Está
prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con
los dientes mientras le crece la barriga; ya es una gotaza que cuelga
majestuosa, y de pronto zup, ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en
el mármol.
Pero las hay que se suicidan y se entregan en seguida, brotan en el
marco y ahí mismo se tiran; me parece ver la vibración del salto, sus
piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer
y aniquilarse. Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós.
Julio Cortázar fue miembro del Tribunal Russell, creado por el escritor Bertrand Russell, secundado por el filósofo Jean Paul Sartre, este Tribunal tiene como objetivo la custodia de los Derechos Humanos.
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