En el silencio ciego intuye galerías.
Quiere caminar y tropieza. Avanza con lentitud.
Más adelante descubre huesos, probablemente humanos.
Imagina una lucha terrible, quizás entre espadas.
Busca orientarse. Gatea.
Encuentra lo que supone una raíz, o una cuerda.
La
sigue y finalmente da con la salida.
A contra luz se recorta la figura de una muchacha.
Apuntando hacia el interior
de la caverna, ella pregunta:
-¿Eres tú, Teseo?
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