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domingo, 3 de mayo de 2015

Teseo


 El viejo alpinista resbala y cae, por una grieta, al interior de una caverna. Está oscuro. 
En el silencio ciego intuye galerías. 
Quiere caminar y tropieza. Avanza con lentitud. 
Más adelante descubre huesos, probablemente humanos. Imagina una lucha terrible, quizás entre espadas.
Busca orientarse. Gatea. 
Encuentra lo que supone una raíz, o una cuerda. 
La sigue y finalmente da con la salida.
A contra luz se recorta la figura de una muchacha. 
Apuntando hacia el interior de la caverna, ella pregunta:
-¿Eres tú, Teseo?



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