Sólo en un sueño logra el doctor Jekyll encontrarse, cara a
cara, con su alter ego mister Hyde.
Se paraliza de miedo frente a la
intimidante figura, pero logra al fin hablarle:
-Este experimento se nos ha ido de las manos –le dice-, esta
disociación no puede continuar, te has convertido en un asesino incontrolable,
y no lo puedo permitir…
-Vamos... –interrumpe Hayde-, ¿de qué disociación me estás
hablando?
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