CATALINA
Hola yo soy
Rodolfo, un reno talentoso, deportista, musculoso. Si tengo que enumerar mis cualidades no termino más.
Bueno, mamá
dijo que no tengo que mentir así que no me crean, pero lo que les voy a contar
ahora es verdad.
Como saben
soy el reno más conocido de Papá Noel.
No me hagan
hablar de ese hombre que nos mandonea...
Encima le
miente a todo el mundo, nosotros los renos no volamos, pero Papá Noel le paga a
Campanita muy bien, porque el hadita nos pone polvo de hada para hacernos
volar, le paga más a ella que a nosotros.
A los renos
nos paga menos, pero tenemos que cargarlo a él que pesa más de cien kilos y a los
regalos que son como mil kilos más, no vale! No es justo!
Nosotros
volando por todo el mundo y no nos ofrece ni una gotita de agua, mientras él viaja tomándose un cafecito.
Bueno así es
nuestra vida.
Con el resto
de la tropa, los renos, estamos viendo cómo sacar a Campanita del Polo Norte.
-
A
ver chicos aporten ideas – dijo Rodolfo
-
Ya
sé! – gritó
-
¿Qué?
– preguntaron todos los renos
-
¡Llamemos
a Peter Pan!
-
¡Sí!
– gritaron los renos
- 4585... cómo sigue? Ah... ya sé 432 – discó Rodolfo
Sonó el teléfono
-
Hola,
quien habla – preguntó Peter Pan
-
Habla
Rodolfo, che escúchame ¿podés llamar a Campanita para que vaya con vos?
-
¿Cómo
querés que haga? – preguntó Peter Pan
-
No
sé, decile que se te acabó el polvo de hadas.
-
Bueno,
lo voy a intentar – contestó Peter Pan
-
Dale,
apenas termines llamame.
-
Chau
– se despidió Peter Pan
Al otro día todos los renos estaban al lado del teléfono, entusiasmados,
esperando la llamada de Peter Pan.
-
Estamos
esperando desde hoy que este chico llame... – se quejó un reno
-
Bueno,
hay que tener paciencia, ya saben que Campanita no es fácil de engañar- dijo
Rodolfo
-
Es
verdad- respondieron a coro los renos
-
¿Se
acuerdan esa vez que quisimos robar aquel juguete? le dijimos que la sala de
computación se estaba incendiando!
-
Jajaja-
reían los renos
-
No
nos creyó ni un poquito!!
El teléfono los interrumpió.
-
¿Rodolfo?
– era Peter Pan
-
Sí,
¿qué pasó?
-
Nada,
Campanita está viniendo para acá- confirmó Peter Pan.
-
¿Qué
le dijiste?- quiso saber el reno
-
Que
íbamos a filmar otra película de Peter Pan y vino volando.
-
Yo
siempre dije que era una traidora- dijo Rodolfo
-
Bueh,
gracias Peter- saludó Rodolfo
Los renos festejaron la noticia.
Pasaron dos días, llegó Navidad, los renos no pudieron volar.
Todo el mundo se quejó porque Papá Noel no repartió los
regalos.
Le hicieron juicio. Pero esa es otra historia.
El día de Navidad los renos la pasaron de maravillas.
Pidieron un montón de hamburguesas, se compraron cientos de
botellas de Coca Cola y miraron todas las películas que pudieron.
Para ellos, ese fue un día genial!